El fanzine «La Chimenea» se distribuye por Logroño y alrededores desde hace ya varios años.
Es una publicación bimensual y gratuita en la que se incluyen relatos e ilustraciones de diversos autores. ¡Busquen en sus bares o comercios preferidos y háganse con un ejemplar!
Esta ilustración se la mandé para el número 27 de diciembre de 2015, e ilustra el texto de Pecuchet, misterioso autor con multitud de inquietudes artísticas y sobradas dotes literarias (entre otras).
Se trata de un curioso manual para horticultores neófitos y esta es la introducción más la primera lección:
YA TENGO TERRENO PARA LA HUERTA, ¿Y AHORA QUÉ?
Manual para horticultores neófitos.
Tenía la tierra. Tenía un garaje lleno de utensilios agrícolas. Tenía un absoluto desconocimiento del tema. Allí parada me preguntaba “¿Y ahora cómo coño empiezo?”.
Llevo dos años trabajando la huerta junto a mi colega Bouvard. Lo que aprendo un año no lo recuerdo en la siguiente temporada. Bueno, algunas cosas sí, pero tras ver el resultado de no haberme acordado a tiempo.
Sin embargo voy a intentar plasmar aquí mis conocimientos, para que te sirvan de ayuda a ti, que has decidido entrar en contacto con la Madre Tierra, que estás convencida de que no puede haber comida más sana que la cultivada por ti o que quieres disfrutar de tu tiempo libre alejándote del estrés tecnológico, pero que no has cogido una azada en tu vida.
LECCIÓN 1. APRENDE A LEVITAR
Sí, mi querida amiga o amigo, para triunfar en agricultura debes poder volar, pues LA HUERTA NO SE PISA. Esta lección tan importante fue la primera que recibí, y me dejó completamente estupefacta. Resulta que al poner peso sobre la tierra la compactas, y esto hace que las raíces de la planta no puedan crecer cómodamente, ni oxigenarse bien y es peor para la absorción del agua de riego.
Ya lo sabes, además de tu azada deberás conseguir una mochila-cohete o una estructura cableada que te permita trabajar colgada de ella, evitando que tus pies mancillen la bendita e inhollable huerta. Particularmente yo piso y que le den mucho por el culo. En ocasiones incluso me despisto y acometo con mi torpe piececito una plántula recién puesta, con el consiguiente desastre (que no se entere Bouvard).
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Y de postre un boceto !